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Por
Carlos GavilanesLa soberanía del Canal de Panamá, símbolo de orgullo nacional panameño y una de las principales arterias del comercio global, ha regresado al foco mediático tras las declaraciones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Durante un evento el pasado domingo 22 de diciembre, Trump generó controversia al afirmar: “Nos están estafando en el Canal de Panamá” y exigir que “el Canal de Panamá sea devuelto a Estados Unidos en su totalidad, rápidamente y sin hacer preguntas”.
Estas palabras provocaron un inmediato rechazo en Panamá, donde el presidente José Raúl Mulino respondió contundentemente a través de un comunicado en la red social X: “Cada metro cuadrado de Canal seguirá perteneciendo a Panamá”. La declaración, breve pero firme, fue aplaudida por ciudadanos y líderes internacionales que han manifestado su respaldo al país centroamericano.
Apoyo internacional a Panamá
Tras las declaraciones de Trump, varios líderes internacionales han expresado su solidaridad con Panamá y su rechazo a cualquier insinuación de retroceder en los acuerdos alcanzados. El presidente colombiano, Gustavo Petro, manifestó en un mensaje su apoyo incondicional al pueblo panameño, subrayando la importancia de respetar la soberanía nacional.
Por su parte, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, se unió a la ola de solidaridad, destacando que el Canal de Panamá es “un patrimonio del pueblo panameño y un ejemplo de autodeterminación”.
China, uno de los principales usuarios del canal, también se pronunció a favor de Panamá. En un comunicado oficial, el gobierno chino aseguró que “el Canal de Panamá es una gran creación del pueblo panameño” y reafirmó su compromiso de respetar la soberanía del país sobre la vía interoceánica.
Cuba también se mostró solidaria, asegurando que el Canal de Panamá “pertenece únicamente a esa nación”.
Además, el secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, señaló: “Esperamos el más pleno e irrestricto cumplimiento de los acuerdos firmados, aprobados y en vigencia entre los dos países”. Estas palabras refuerzan la importancia de preservar los tratados que establecieron la devolución del canal a Panamá.
El presidente José Raúl Mulino no tardó en agradecer el apoyo recibido. En un mensaje en X, expresó: “Agradezco en nombre de todos los panameños las expresiones solidarias de diferentes Mandatarios, Ex Mandatarios, Jefes de Organismos Internacionales y compatriotas en general. Panamá y su Canal, hoy y siempre, para servirle a sus usuarios y al comercio mundial. ¡Felices fiestas!”.
La declaración refleja el orgullo nacional por una obra que no solo es fundamental para el comercio global, sino que simboliza la lucha de Panamá por su independencia y control sobre su territorio.
Mientras Panamá recibe muestras de respaldo de la comunidad internacional, el país reitera su compromiso de administrar el canal de manera eficiente y al servicio del comercio mundial, recordando al mundo que su soberanía no es negociable.
Un canal con una historia compleja
El Canal de Panamá, una de las obras de ingeniería más impresionantes del siglo XX, fue inaugurado en 1914 bajo control estadounidense, después de que Estados Unidos interviniera militar y políticamente para garantizar su construcción y administración. Durante décadas, la vía interoceánica fue manejada como un activo estratégico por Washington, generando tensiones entre ambas naciones.
No fue hasta el 31 de diciembre de 1999, tras años de negociación y la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977, que el canal fue transferido a Panamá. Desde entonces, el país ha administrado de forma eficiente esta ruta clave para el comercio global, generando importantes ingresos y consolidando su soberanía sobre el territorio.