«A Marino lo trajimos, creo que estaba en Orsomarso, le dimos una plata, lo llevamos a Palmeiras, que lo iba a comprar, pero al final dijeron que su comportamiento no estaba acorde al club y lo devolvieron. No quiso renovar. Un empresario que se llama Gianluca De Franco, un mercenario, se puso de acuerdo con Marino para que la plata se la ganara el agente y Pachuca y no el América, fue muy desagradecido”.
TULIO, NO SE GUARDÓ NADA Y LE CANTÓ LA TABLA A MARINO.