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Editorial

Editorial: Precampaña

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El presidente Daniel Noboa debe pedir licencia en 10 días. Es ineludible. Sin solicitarlo, no le importa rozar los límites legales posibles para ejecutar una campaña desmedida que incluye las dádivas, algo que está prohibido por la ley de forma tácita. ¿Dónde está la Contraloría?

El miércoles, el Gobierno Nacional anunció que regalará a las familias más pobres de este país 79.000 cocinas de inducción adquiridas bajo sospechas de irregularidad en el régimen de Rafael Correa. Recordemos que la Contraloría determinó que alrededor de $ 20 millones habrían sido pagados sin documentación de respaldo a tres empresas registradas como proveedoras del Estado de cocinas de inducción, dentro del Programa de Eficiencia Energética, diseñado por el correísmo. Por eso, es que no se entregaron esas cocinas mientras se libraba la investigación.

Una década después de la compra bajo sospecha en la que no se efectuaron seguimientos ni controles de 12 transacciones realizadas, esas cocinas salen a la palestra para ser regaladas, en la víspera de la campaña electoral.

La Contraloría es la primera institución del Estado que debe salir al frente y detectar la licitud de regalar algo que fue adquirido con fondos públicos para un fin específico: ir hacia una transición para evitar el consumo de gas y utilizar cocinas a base de energía eléctrica.

¿Se constituye en una dádiva? En esas cocinas que van a regalar, si es que finalmente se concreta, deben entregarlas sin el nombre ni el rostro del presidente Noboa ni ningún otro candidato a ninguna dignidad. El CNE es el llamado a controlar aquello al igual que la Contraloría para velar por el buen uso de los fondos públicos.

Pero como estamos en Ecuador, vemos que ese populismo aflora en esta época preelectoral. Miremos nomás aquí en El Oro cómo entregan juguetes y fundas de caramelos con etiquetas de rostros de candidatos a asambleístas provinciales, porque son más de uno los que realizan este tipo de actividad. Claro, esos candidatos se excusan al decir que son obsequios gracias a donaciones privadas, aunque no explican quiénes son los donantes y cuánto es lo que recibieron, cómo lo hacen en democracias sanas, por ejemplo, en Estados Unidos, donde de forma pública asoman los benefactores de los candidatos. ¿Dónde están el CNE y la Contraloría?

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