Ecuador conmemora este sábado 10 de agosto una fecha histórica: 40 años del retorno a la democracia después de diez años de dictadura.
Tras un difícil proceso de reestructuracion jurídica, un presidente electo en las urnas, Jaime Roldós Aguilera, se posesionó en 1979 pero la estabilidad política no fue la característica de estas cuatro décadas. Hubo momentos de convulsión que en general fueron superados constitucionalemente.
Sixto Durán Ballén, Abdalá Bucaram, Rosalía Arteaga, Fabián Alarcón, Jamil Mahuad, Gustavo Noboa, Lucio Gutiérrez, Alfredo Palacios, Rafael Correa y Lenín Moreno. No ha sido entonces la estabilidad la característica en el estandarte político de Ecuador.
Era un 29 de abril de hace 40 años cuando los ecuatorianos regresaban a las urnas, tiempos habían pasado desde la última vez que había sido en 1968, antes de que los militares se instalaran en el poder por una década.
Amplías eran las expectativas y la gente acudió masivamente a las urnas. De los 7 millones de ecuatorianos que eran entonces, solo podían votar un poco más de 2 milones, dándole el triunfo a Jaime Roldós Aguilera, empujados por su promesa de cambio y su discurso certero.
Desde el 10 de agosto de 1979, a la nueva democracia ecuatoriana se le veía la quilla. «La democracia no es perfecta, pero es suceptible de perfeccionamieto y por ello siempre será la forma más digna de existencia humana», dijo Jaime Roldós Aguilera durante un discurso.
Tras el retorno a la democracia los partidos más antiguos fueron progresivamente perdiendo fuerza mientras otros como la Democracia Popular, el Partido Social Cristiano y la Izquierda Democrática fueron ganando mayor influencia, también lo hizo el Movimiento Popular Democrático, ya que si bien, sus resultados electorales eran apenas suficientes para tener representación legislativa, su base sindical era lo suficientemente importante para presionar a gobiernos a través de huelgas, paros y movilizaciones.