Los internos llevaron ofrendas, elaboradas en los talleres de trabajo del penal, preparados especialmente para el Papa Francisco como la estatua denominada “El árbol de la vida” y un Cáliz.
El “Árbol de la vida” fue elaborado por el interno, Harry Steven Reátegui Zapata, (TID), quien pertenece al Taller de Soldadura, que se inspiró en el cuidado de la madre tierra que es un símbolo de la fluidez de la vida, para lo cual utilizó fierros desechables.
El Cáliz fue diseñado en el Taller de Cerámica por el interno, Roberto Albornoz Vilca, (robo agravado), que es utilizado para recepcionar la sangre consagrada de nuestro Señor Jesucristo en la celebración de la Santa Eucaristía.
Los reclusos fueron seleccionados por el personal de tratamiento penitenciario debido a que cuentan con avances significativos en su proceso de resocialización y son activos miembros de la Pastoral Carcelería del penal.
Los internos que tuvieron la dicha y bendición de participar en esta actividad del Papa Francisco son: Segundo Tocas Chomba, Jorge Oyola Chico, Tito Uriol Llaro, Wilfredo Quesquén Terrones, Kader Bernabé Flores, José Usquiano Temoche y Martín Mantilla Castillo.
En dicha actividad participó en representación del Consejo Nacional Penitenciario, la tercer miembro, Claudett Delgado Llanos.