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hace 7 añosel
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Carlos Gavilanes(LRP).-Tradiciones y costumbres fronterizas, titula el libro escrito por el Lcdo. Marco Valarezo Aguilar, cuando fue rector del Colegio Dr. Camilo Gallegos Domínguez. En la presentación del libro relata que, si no se rescata de las generaciones que van desapareciendo el rico caudal de su sabiduría, no se logrará visualizar la riqueza novelada del pretérito y pasará a perderse en el laberinto del tiempo.
En su libro señala que algunos de los relatos que puede encontrar el lector se confunden entre la realidad y la leyenda, los mismos que han sido parte decisiva en la supervivencia de las comunidades.
Valarezo menciona que los trabajos del carbonero, del aguatero, juegos populares de antaño, el pescador de tono, las piedras del río y sus colores, mi tabaquera, los palmalenses, leyenda el muerto, historias que se pueden encontrar en el escrito, han dejado como lección el recuerdo de actividades que fueron desarrolladas con honestidad y sacrificio.
“El leguaje en estas páginas no es sofisticado, diríamos que sus rasgos son populares y de fácil aprehensión, para los lectores de cualquier edad. Este es uno de los proyectos educativos, que hoy ofrecemos a nuestros pueblos. Solamente conociendo nuestro pasado podemos proyectarnos al futuro orgulloso de nuestras raíces y de nuestra estirpe. Que esta obra nos permita fortalecer nuestra identidad como pueblos nobles, imaginativos, trabajadores y hospitalarios hasta el fin de los siglos”.
El libro cuenta con 70 páginas, que están distribuidas en: índice, presentación, en el capítulo I, narra la reseña histórica, misión, visión del colegio Abdón Calderón Muñoz. En este colegio se hizo la dramatización de la historia de los Palmalenses.
Como tema les tocó “El Aguatero” a los estudiantes del colegio nacional nocturno técnico “Asaad Bucaram”, que está en el capítulo II. Aquí también señala la origen y creación del colegio, misión institucional y visión institucional.
En el capítulo III, se puede leer la reseña histórica del colegio Dr. Camilos Gallegos Domínguez, en esta parte del libro se narra sobre el carbón de Arenillas, entre la realidad y la leyenda. Esta institución educativa era solo para señoritas, en la actualidad se educan hombres y mujeres.
La Unidad Educativa Particular Mixta “Corazón de Jesús”, ocupa el capítulo IV, al igual que el resto de entidades educativas, se conoce sobre el origen y creación del colegio, visión y misión institucional. Los estudiantes hicieron la dramatización de las piedras, el río y los colores. En la actualidad este plantel no funciona, solo permanece su infraestructura.
El Colegio de Bachillerato “Eugenio Espejo”, se lo puede encontrar en el capítulo V, donde se lee la reseña histórica, misión y visión. Esta entidad educativa estuvo responsable de la leyenda “El Muerto”.
Colegio Nacional Mixto Rumiñahui, está en el capítulo VI, la comunidad estudiantil participó con una obra de teatro denominada “Mi Tabaquera”. El Colegio Nacional Técnico Arenillas, desarrollaron los juegos populares de antaño como la bomba, el pepo, el trompo, salto de la cuerda, hula hula, todo esto está narrado en el capítulo VII.
Y en el último capítulo VIII, se encuentra la Unidad Educativa Particular Mixta “Santo Tomás de Aquino”, donde el escritor relata el origen y creación de la institución, breve reseña histórica y cuenta por medio de un dramatizado la leyenda de “La Pesca de Tono”.
El escritor forma parte de una familia numerosa de Arenillas y la parte alta. Es poeta y periodista. El ejemplar lo escribió en el 2010. Se conoció que gestionó la construcción del colegio Dr. Camilo Gallegos Domínguez, cuando fue rector. También fue gestor de la creación del colegio nocturno 10 de Agosto.
El Tabaco rubio
Los estudiantes del colegio Rumiñahui, hicieron una obra de teatro basada en el hecho trascendental que se originó en Arenillas, y lo primero que llamó la atención fue la siembra y cosecha de tabaco rubio, que se efectuó hace cuatro décadas.
Terminado el conflicto bélico, Chacras quedó aislada y abandonada a su suerte, sin comercio, ni turismo, la construcción de otra vía alterna a la población de Huaquillas, la había aislado totalmente.
Entonces esta nueva actividad motivó a su gente a continuar con su desarrollo, despertando el interés en gran cantidad de personas para ejecutar esta noble labor para ganarse honradamente un jornal.
Fue por la época de 1960, cuando la fabrica tabacalera El Progreso de Guayaquil, con la finalidad de expandir mas los cultivos de tabaco en el país, eligió como un lugar adecuado para esta siembra como la parroquia Chacras, iniciando así la era del tabaco.
Muchos agricultores deseosos de cultivar este producto se asociaron e iniciaron la siembra de esta planta, como carecían de agua y de pozos para el riego, aprovecharon convenientemente la llegada del invierno.
Entonces empezaron a preparar los almácigos y luego se iniciaba la siembra de estas plántulas y que gracias al cuidado brindado por las manos expertas de estos agricultores, antes que concluya el invierno, específicamente el mes de abril, se iniciaba la cosecha hasta el mes de agosto, en que finalizaba.
Los meses que se quedaban sin hacer nada, lo aprovechaban para la cacería, la recolección de vainas de algarrobo, el corte de estacas de guayacán para uso de las rieles del tren o se dedicaban a recoger la lana del ceibo que abundaba.
De esa manera sobrevivían durante este tiempo, hasta que llegaba el próximo invierno y con ello se empezaba la nueva siembra. La era del tabaco finalizó de repente, cuando la fabrica quebró, entonces aumentó la desocupación y la pobreza, en esta región, por ese motivo tuvieron que recurrir a otros cultivos provenientes de la serranía como el maíz y el ajo y otros para alimentarse y comercializar.